Jodido insomnio

Lleva un largo rato echada allí, sobre un cómodo y enorme sofá escarlata. No tiene nada que hacer, y está más que desvelada. Su varita se pasea entre sus dedos, mientras ella juguetea con suma distracción, manteniendo los ojos fijos en el techo. No puede entender como el lugar se encuentra tan vacío, ¿dónde demonios se encuentran los demás Slytherin? ¿Todos duermen, acaso? Bufa entre dientes, meneando su cabeza, en señal de desaprobación.

No todos duermen, Meda se había quedado junto al gran hogar de la sala común envuelta en dos mantas hecha por los elfos domésticos de su familia. Estaba aovillada y no podía conciliar el sueño, ¿y si? No, eso no podía ser. Definitivamente.

No escuchó los pasos de su hermana bajar por la escalera hacia allí, estaba compenetrada haciendo que el fuego crepite un poco más.

Siendo sincera consigomisma, aquel silencio hasta llega a ponerla nerviosa. Prefiere el alboroto, causado obviamente por ella. Suspira entre dientes, mientras echa pequeñas chispas rojas al aire, con su varita. Lo mejor será que intente dormir, de lo contrario ni un tornado podrá despertarla al día siguiente para ir a clases.

Las conocía de memoria, las chispas de su hermana mayor. Como cuendo Bellatrix se enojaba tanto que parecía que esas mismas chispas le salían por las orejas. No voltea, si su hermana estaba allí no podría dormir realmente, se queda quieta y callada. Bien, otra noche más en vela.

Es extraño que Bella no note la presencia de otra persona tan cerca de ella, pero se ve que esta no es una de sus mejores noches. Se remueve en el sillón, acurrucándose en si misma, haciéndose una bolita. Realmente, intentará dormir allí. Si fracasa en eso, irá a vagar por afuera, nada mejor que eso para no aburrirse.

Seguía ensimismada ante aquella resolución que había tomado ella sola. Era muy joven aún y su familia no permitiría aquello, Andrómeda se volteó para ver a su Bella allí, se la veía tranquila. Y no le gustaba nada como "Bella" y "tranquila" pudieran unirse en una misma oración. - Estás bien Bella? - le pregunta terminando con el silencio allí.

Ni siquiera ladea el rostro cuando escucha aquella voz familiar -literalmente- resonar por la desolada sala común. - Sí - responde escueta, sin siquiera voltear hacia donde se encuentra su hermana. Se encuentra bien, claro. Pero aburrida. Cosa no menor para tratarse de ella.

Ok. Preocupación por su hermana, fuera. Meda se volteó volviendo a su hermosa llama rojanaranjada pensando en las palabras del pobre de James en el baño la noche anterior.

Debía repasar la lista de chicos del colegio, debía dar con el muchacho, o mejor aún, desaparecer.

Rueda los ojos. El enorme interés de Andrómeda por ella la matará un día de estos. Sin duda alguna, a veces no logra saber cómo llevan la misma sangre. No es como Cissy, a quien no ve hace tiempo, a decir verdad.

Apunta al techo con su varita, enviando un encantamiento silencioso a este, haciéndolo vibrar.

A veces ni ella misma se creía parte aquella familia. Aunque haya sido criada igual que sus hermanas ella es un alma libre, le desagrada el incesto y los prejuicios de sangre. Todo aquello es demasiado frío.

Se estremece al ver como el techo vibra sobre ella, no quiere que haga eso.

No eran las únicas que no dormian esa noche, Narcissa tenía que hacer las rondas de uno de sus compañeros que estaba casualmente enfermo. Le cobraria aquello luego, ahora solo quería perderse por ahí, cosa que realmente le resultaría difici.

Entra a su SC con el mayor de los silencios, serena.

Esboza una sonrisa ladeada al notar con su sexto sentido el estremecimiento de su hermana. Oh sí, se divertirá con aquello por el momento. Vuelve a hechizar el techo, esta vez más potente. Vibra, pero ni siquiera corre riesgo de caerse.

Lleva su vista hacia un lado, al escuchar la puerta de la sala común cerrarse. Pero no da señales de haber notado a su otra hermana entrar allí.

Pareciese que se iba a caer de un momento a otro. Maldita maldita Bellatrix. - Dejalo ya.. - le pide de un modo suave, si por ella fuera le saltaría encima.

Mira a Cissy llegar intentando no prestarle atención al techo.

Mira un momento a sus dos hermanas sin hacerse notar, y lo único que se limita hacer es deshacer el encantamiento de Bella en el techo.

No es con la intención de fastidiar, pero se toma realmente enserio lo de ser prefecta y además, debía de practicar más sus encantamientos. Nunca sabía que tan lejos o cerca estaba de la perfección.

Frunce el ceño cuando nota lo que Narcissa hace. - Ya tenías que llegar a fastidiar - masculla entre dientes, incorporándose en un rápido y elegante movimiento del sofá.

La fulmina con la mirada, antes de volverse hacia la puerta. - Realmente hay veces que no las reconozco - añade. Sabe que no debe gastar su saliva en ellas, pero que más da.

Ahí estaba otra vez, estallando a la primera de cambio. Previsible y tan clara como el agua. Ella se icorporó tambien pero sin dejar su cómodo descanso ni sus mantas envolviendo su cuerpo.

- Buenas noches Cissy.. - saludó sin un ápice de sonrisa, blanca como el papel.

No le contesta a ninguna de las dos, ellas saben que les presta atención de todas formas y que hablar... solo habla cuando es necesario. Le sonríe con ironía a Bella, para después volver a su expresión de siempre.

- No deberían estar aquí, son más de la una - Les comenta con un regaño oculto para ambas, si bien era menor que Bellatrix, muchas veces no lo parecía en cuanto a su actitud. Le valía madre, ella solo quería terminar su ronda e irse a la cama.

- Vete a joder a otra parte, Narcissa - masculla, con su voz apasible. Su hermana menor no la mandará a la cama, eso está más que obvio. Rueda los ojos, mirando a su alrededor, con una nueva idea en mente. Sus labios se curvan en una suave sonrisa, cuyo significado sólo ella puede entender.

La más pequeña de las Black hizo oídos sordos a las palabras de Narcissa, caminó hacia la puerta de la masmorra arrastrando sus mantas y pasando por el costado de la rubia.

- Me voy a dormir.. - si eso querían tendrían, ya no quería que nadie la trate como basura. Atrabezó la puerta y comenzó a caminar en la oscuridad del pasillo, cabreada.

Cissa sospechaba desde mucho antes, que a Meda le sucedía algo que prefería no preguntarle delante de Bella. Ahora era el momento, nadie que pudiera interrumpir. Así mejor.

- Adivino. No hay más camas donde puedan follarte así que viniste a dormir aquí - Murmura a su hermana mayor con la mayor paciencia que alguien puede tener, sutil.

- Oh sí, créeme que justamente es eso - musita con calma, rodando los ojos. - Por eso ahora me estoy yendo a la cama de Potter, mi mejor amigo y amante - ironiza, echándole una rápida ojeada a Andrómeda, sin decir nada al respecto. Últimamente no las entiende, y ya le están dando dolor de cabeza.

- Mira que bajo has caído, bonita - Sabía que no era nada agradable hablar con la rubia, estaba destinada a tener de una jodida manera, a tener la última palabra siempre, era espontáneo. Por supuesto tenía en cuenta su ironía, era algo que tenía practicamente pegado desde la cuna.

Vuelve sobre sus pasos, hasta llegar a detenerse frente a la del medio de los Black Rosier. - ¿Qué te pasa últimamente, Narcissa? - inquiere, mirándola fijamente a los ojos. Pero no, no reconoce nada extraño allí. - ¿Lucius no te pasa ni la hora? - agrega, sospechando desde siempre lo que su hermana siente por aquel idiota.

Le sonrie de esa manera falsa y molesta, tenue. - Tu y yo sabemos perfectamente que eso está lejos de suceder - Las hermanas Black tenían a los hombres a sus pies, al menos a la gran mayoría de ellos. Si bien era diferente con Lucius, sabía que las palabras de su hermana eran poco realistas.

- ¿Entonces por qué demonios tienes ese maldito humor de perros? - pregunta, con la dulzura característica de ella. Sí, la está fulminando con la mirada prácticamente. Ojalá algún día sus padres noten en que se está convirtiendo su princesita blonda. Ojalá.