¿Qué pasa cuando sientes que no puedes más?

-¿De verdad querías ser una serpiente?- cuestiona, cruzándose de brazos. No se la veía feliz en su casa, por eso preguntaba.

- De pequeña siempre seguí a mis hermanas a donde ella quisieran, es por eso que pedí estar con ellas, es justo.. - contesta mirando hacia abajo, no era un gran problema, solo era una casa.

-Pero no es justo para contigo- termina, mirándola. Era una pequeña así...

- No me quejo, estoy bien allí.. le quita importancia, sonriendole suavemente, él le caía bien y no solo quería una cosa de ella.

-Si tu lo dices...- se encoge de hombros, le cree. Le sonríe, simpático.

Otra barra de chocolate, algo le estaba pasando. Le sonríe - Puedo preguntarte algo? - le dice despacio, las paredes oyen, como dice Bella.

-Claro..- no tenía problemas en responder. Además, ella le simpatizaba.

- Eres bueno en pociones? - le pregunta pensativa, aún debía preparar eso y no entendía una goma.

-No soy un experto, pero...- se encoge de hombros, y le sonríe.

- Necesito hacer una poción.. para saber si uno está embarazado.. - susurra muy muy despacito, ni idea tenía de los artefactos muggles para eso.

No dice nada. Su expresión era como antes.
-Tengo algo mejor... Algo muggle- él era hijo de Muggles.

- Muggle? - pregunta impresionada. Nunca se puso a pensar que hacían los muggles para saber aquello.

-Se le llama un test de embarazo- le dice, explicándole. -Tienes que orinar y nada mas- le asegura, sonriendo suavemente.

- No creo conseguir eso en Hogsmeade.. - susurra con pesadez, pensando en ese artefacto raro que dice él.

Meda se quedo pensando.

-Puedo conseguirlo si quieres- solamente bastaba una lechuza a donde sus padres, o lo podría ir a comprar él mismo.

- No quiero que nadie se entere.. - susurra con esa dulzura en su voz mientras mira para abajo, su viente, no se imagina abultado. Su madre la mataría.

-Soy una tumba, Meda- le asegura. Quizás era el tipo más confiable en todo Hogwarts.

Suspira, levanta su mirada hacia él regalandole una sonrisa tristona, niña, asustada.

-Todo saldrá bien, te lo aseguro- lleva una de sus manos a su rodilla, dándole un suave apretón. La sonrisa cálida de su rostro no desaparece en ningún momento.

- Gracias.. - susurra dejando su mano sobre la de éle en su pierna.

-Prometo avisarte cuando lo tenga en mis manos- le dice, dulce. Ted no podía ser una piedra con ella.

- Gracias Ted, encerio erres muy bueno.. - le dice sin poder contenerse, lo abraza, ella lo hace solo por impulso, como todo lo que hace.

Ted se sonroja, no por el abrazo, sino por lo que ella dice. Era una de las pocas personas con las que había entablado una conversación.

Solamente la acuna contra él, susurrándole que no se preocupara, que él estaría para ella.

Suspira en su cuelllo hundiendose por un momento allí, aspirando su el perfume del moreno.

Oh oh, eso no se lo esperaba. Tranquilo, sin cambiar su actitud, acaricia sus cabellos.